Recuerdos Apócrifos

vio que esta era hermosa y lloró.
Sobre la tierra sus lágrimas cayeron,
y donde sus lágrimas crecieron árboles.
De los árboles las hojas el aire acariciaba,
y el sublime suspiro del viento las desprendía,
y de cada hoja un ave nació.
Vio entonces Dios que faltaba algo,
y del Sol tomó el fuego y forjó al hombre.
Con tierra y agua formó una masa de barro,
la cual coció en su fuego, y al aire dejó secar.
Entonces vio Dios que el hombre era bueno,
y pensó “el hombre no debe estar solo”.
Con la misma preparación creó Dios a la mujer,
y a cada instante seguía haciendo bolas de barro,
lúdicamente, pero sus animales poblaron el mundo.
Y vio Dios que su obra era buena, y descansó.
Siglos después meditando si su obra fue realmente buena,
vio que las aguas violentaban contra las ciudades
que sus hombres de barro habían construido,
que el viento tiraba sus techos abajo,
que la tierra temblaba como riendo de sus desgracias,
y que el fuego destruía cosechas y ganados.
Pero lo que más le dolió fue la acción del hombre,
culpó al prójimo, y al mismo Dios de su desgracia,
y fue el hombre el que altero su obra,
y destruyo con fuego, agotó el agua,
entregó sus tierras y opaco el viento.
Entonces vio Dios que su obra no fue buena,
y que el hombre ya no creía en Él.
Y murió Dios viejo, y lleno de días.